*Crónica de Alejandra Cañadas, Miembro del Área de Comunicación de JUCOVI

Un mini drone sobrevuela por encima del grupo para tomar fotografías y videos. En mi memoria se graban las mismas imágenes, aunque desde otra perspectiva.

Entre dos cordones montañosos y un manto árido aparece un paño verde de vides y olivos. En medio del desierto esta Chilecito, sede del XII Foro Mundial de Cooperativas Vitivinícolas del 5 al 7 de octubre de 2023.

Allí y a lo largo de tres jornadas, cooperativistas de todo el mundo se reunieron, no solo para hablar de negocios sino también de cooperativismo, medioambiente, comercio justo y por supuesto de vino. Entre muchas personas que ya pintaban algunas canas y años de experiencia, había un grupo de alrededor de 20 jóvenes bulliciosos y con muchas ideas, entre los cuales estaba quien escribe.

El primer día por la mañana, emprendimos el camino rumbo a las instalaciones de la Cooperativa La Riojana, anfitriona del evento. Con una suerte de cofia en la cabeza para evitar cualquier contaminación, al tratarse de una fábrica de alimentos, observamos el proceso de fraccionamiento en botella y tetra-pack de la bodega.

Más tarde y con un poco más de calor conocimos un viñedo biodinámico, el único en La Rioja y uno de los pocos de Argentina. Un cultivo libre de agroquímicos y con un rebaño de ovejas que hacían la función de mantener a raya las malezas y de abonar el suelo.

Por la noche, nuestra bebida insignia, no hizo más que reforzar los lazos de camaradería con la degustación de vinos del Foro. El esfuerzo de miles de trabajadores guardado en una botella, compartido con colegas de todo el mundo.

Al segundo día la primera actividad indicaba la visita a un colegio agro técnico, pero no se trataba de cualquiera, sino de uno construido con fondos “Fairtrade”, traducido al español, comercio justo. Más tarde y al calor de la siesta riojana visitamos el centro de Salud “Los Pioneros” erigido con el mismo sistema que la escuela. Un lugar donde se transformó el vino en agua potable, salud y educación para la comunidad.

En paralelo se desarrolló el Foro Joven, del cual pude ser parte. El trabajo estuvo guiado por la necesidad de consolidar las juventudes que lo integran, ya que, si no es imposible avanzar. Para esto se planteó un cronograma con objetivos concretos y medibles. Ayudarnos entre todos y cada uno aportando desde su lugar es el parámetro fundamental para que podamos crecer.

Como jóvenes conocemos las problemáticas, quejarse ya no sirve. Involucrarse, plantear soluciones y trabajar en conjunto para conseguirlas  sí. Tenemos las ganas, la energía y la facultad de incorporarnos a estos grupos y no podemos desaprovecharla.

El recambio generacional, de igual manera que el trabajo en conjunto entre jóvenes y mayores, es fundamental para que la vitivinicultura cooperativa no se extinga.

El mini drone tomó la foto, los ojos de todos los participantes, grabaron mucho más.